Hace
unos pocos meses repudiamos el accionar de un grupo de neo nazi, que torturaron
salvajemente y asesinaron a un joven homosexual. El llamado caso Daniel Zamudio
fue el culmine de la ley anti discriminación
que sacó a la mesa los diálogos
éticos sobre la tolerancia y respeto hacia las diversidades. Dialogo que otros
países ya tuvieron hace muchos años atrás, dando un paso a la tolerancia de las
diferencias individuales, dejando a todos los individuos en igualdad de acción
sin ser discriminado ni cuestionados por este accionar.
El problema del otro:
El problema de la “otredad”
lo menciona claramente Claudia Zapata cuando se refiere a la concepción de Said
sobre este término: “El llamado de Said
es a entender la otredad no en relación con las culturas no occidentales sino
como un producto de Occidente mismo: “…ver a los Otros no como algo dado
ontológicamente, sino como históricamente constituidos” (Said, 1996c:58).
El “otro”, sigue siendo para este país un gran problema y su expresión más negativa que derivan
a las enfermedades, propias de la actualidad tal cómo la homofobia y la
xenofobia.
En el caso mapuche la “otredad”, aun imperante en las
sociedades con presencia indígena, sigue involucrando a la disminución cultural
de aquellos pueblos preexistentes a las colonias españolas. Y es ésta
problemática que de cierto modo trata de abordar la nueva ley anti
discriminación, sin embargo y como ha pasado durante hace mas de 500 años,
seguimos siendo los “indios de América” invisibilizados de todas las
discusiones sobre las mejoras de las condiciones culturales, económicas y
sociales.
Aun
el mal gobierno emplea mecanismo homogeneizadores dentro de una sociedad en el
cual nuestra cosmovisión no tiene cabida, donde nuestra lengua es una forma
primitiva de hablar y se nos impone otra como la adecuada. Se nos obliga a
olvidar nuestra educación y se nos impone otra, con su propia historia, héroes
y quehaceres. Mediante y especialmente es esta última, la forma más poderosa de
genocidio cultural, la educación oficial chilena.
Historia y
contextualización:
“esta es la historia acerca de la
intolerancia, acerca de una sociedad que no soporta la existencia de gente
diferente. De un país español, criollo, europeo, cristiano occidental, que se
dice civilizado y trata de acabar con los bárbaros, los salvajes, los hombres que
deambulaba libremente por las pampas y cordilleras del sur del continente.
Ellos se defendieron del salvajismo civilizado; hicieron lo que pudieron,
vivieron como mejor supieron, pelearon hasta el cansancio, y terminaron por
morir y ser vencidos por el progreso” (Bengoa, 1985: 5).
A todos nos enseñan en las escuelas las intenciones que
tenían los españoles al desembarcar a las tierras Americanas. Nos hablan del
progreso de occidente, de barbarie y civilización, de intereses económicos y
los más radicales nos hablan de la espada y la cruz. Cómo los españoles
sometieron a las civilizaciones de América, imponiendo una cultura diferente y
homogenizando a los pensares elevados de aquellas culturas. Que éramos
primitivos y salvajes y necesitábamos educación para ser más que solo “indios”.
Es esta
historia, la cual se está enseñando por estos días, se presenta desde la emancipación de estos estados criollos y
su formación como estados nacionales y nos preguntamos ¿Qué es lo que ocurrió con indígenas que resistieron a los ataques
del colonizador y posteriormente a los que pretendían conformar estados
nacionales? Lo mismo que ocurrió con los españoles invasores, pasó con criollos
chilenos que siguieron el
exterminio con el eufemismo de la “pacificación de la Araucanía”,
la cual, fue una excusa
perfecta para llevar los ideales progresistas de los intelectuales europeos de
la época de la ilustración y de las ideologías liberales de occidente a la
barbarie local de este frio sur del mundo, a costo del genocidio de una
infinidad de vidas de culturas en resistencia,
no tan solo en el caso mapuche, sino con una infinidad de pueblos en toda la
Latinoamérica colonizada.
Si
antes eran los españoles ahora son los chilenos, que tratarían de terminar con
la barbarie, mediante diversas formas; una fue la muerte de aquellos que iban
encontrar a la expansión de territorio y por otro lado, fue la educación
mediada por la iglesia, que asumía su tarea civilizatoria imponiendo otra
religión para mitigar las otras creencias “primitivas” de estos pueblos. Es
decir nos homogenizaron para absorber nuestras creencias, transformándonos en
todos iguales y transformarnos en chilenos.
“con el advertimiento de
la República los mapuche dejaron de ser vistos como un pueblo o nación y comienzan
a ser tratados como chilenos (o si se quiere ciudadanos, aunque con una
ciudadanía limitada)” (Foerster;
2)
¿En la actualidad será
la educación una forma actual de pacificación de la Araucanía?
Siguiendo
con la historia. Estos criollos que se formaron en Europa y tomaron ideologías occidentales, las
cuales implementaron en las escuelas para lograr y así, continuar con la idea
de progreso que tanto motivó al invasor europeo y en donde la identidad propia
de los pueblos indígenas no tenía cabida en estas nuevas naciones, que se
establecían como un nuevo espejo de occidente. En consecuencia los pueblos precolombinos en resistencia son
masacrados y homogenizados dentro de estas aulas del saber europeo y con esto opacar
las propias culturas maternas indígenas .Así como lo hicieron los españoles
construyendo iglesias sobre los sitios ceremoniales en
América.
“esta época se caracterizó por la
dominación, el sometimiento y la opresión, propio de la situación de la
colonialidad con la consiguiente patriarcalizacíon de las instituciones
sociales, culturales y otras que derivaron en las prácticas denigrantes de
racismo y discriminación entre otras” (Quenta.2010.1).
Siguiendo
estos parámetros, en la actualidad es la educación la que sigue repitiendo
estas formas y sigue moldeando al niño dentro de un determinado tipo de
paradigma, el cual es muy diferente al paradigma indígena. En el caso local, la
educación chilena es representada de la siguiente forma por Sergio Curihuentro,
citando a Ricardo Hevia:
“En el desarrollo de los
temas éticos no se considera explícitamente el ejercicio del pluralismo en
relación a los pueblos originarios, como tampoco se alude a los derechos
colectivos de estos pueblos al plantear el tema de los derechos humanos. Al
abordar el desarrollo de la autoestima, los OFT se refieren a ella en términos
individuales y no en cuanto a pertenecer o no a una etnia en particular” (Hevia
en CNCA, 2005:104)
Entre
otras la problemáticas de la escuela en el caso de la interculturalidad, la
cual “estudia
las relaciones entre los miembros de las diferentes culturas.” (ibid) es una
problemática de estado que deriva al comportamiento social, ya que el omitir
las creencias de cada pueblo, el imponer una idea entre otras, es un acto de
discriminación, de violencia en derecho humano. Es un tema (aunque silencioso),
una forma de genocidio cultural a estos pueblos aun preexistente y en
resistencia.
Del multiculturalismo
estatal al interculturalismo indígena
El
problema del estado es el siguiente:
“El reconocimiento de la
multiculturalidad como característica definitoria de una nación conlleva
importantes consecuencias para el gobierno y la sociedad en general, y para la
educación en particular. Es el sistema educativo el que está llamando a
asegurar la permanencia de esta característica multicultural de nuestros
países, trabajando para fortalecer las lenguas y las culturas que definen dicha
diversidad. (Schmelkes.2008:24)”
Pero
esta diversidad está lejos de la diversidad de los pueblos indígenas. En estos
días la multiculturalidad se resume en hablar de los pueblos originarios como
folkloreo simplemente enseñar en los ramos de historia los mapuche o aymara
como pueblos extintos de una historia primitiva de Chile.
Pero
es otra cosa a lo que apelamos como pueblos indígenas. Es hacer una educación intercultural como un
dialogo reciproco entre diferentes paradigmas.
La
misma autora anteriormente citada hace la siguiente salvedad sobre la
concepción de interculturalismo:
El interculturalismo
(soriano, 2004) rechaza el racismo y la discriminación. Plantea la diversidad
como una riqueza. Establece el respeto al otro como necesario para la identidad
personal y grupal. Reconoce el valor de cada persona por el hecho de ser
persona y de cada cultura por el hecho de ser cultura. Parte del derecho de cada persona y de cada cultura de de ser lo que es
y de crecer desde ahí. (Schmelkes.2008:27).
Interculturalidad como
derecho humano
¿Por
qué no podemos exigir, nosotros, los pueblos indígenas, que dentro de la
educación tradicional se enseñe nuestra
lengua materna en vez de que se nos siga exigiendo hablar lenguas extranjeras en el marco de
un mundo globalizado que educa sujetos en post de aprender para el
funcionamiento de procesos económicos capitalistas?, ¿Debemos seguir
permitiendo que se nos imponga una historia, una lengua o una religión que no
es la propia a la cultura?, ¿Debemos seguir permitiendo al estado que nos
imponga una educación que va en contra de nuestros derechos humanos, teniendo
en cuenta que todo ser humano tiene derecho tener su propia cultura?
Son
estos los cuestionamientos que surgen desde lo más profundo de los corazones de
quienes nos sentimos parte de un pueblo originario americano. Donde muchos
niños, en lo particular mapuche, aun nacen hablando la lengua materna (mapudungun) y creciendo a la orilla de
un fogón, donde posteriormente son arrancados de la educación tradicional obligados
por el mal gobierno y llevados a los centros educacionales normalistas, donde
se les impone otro paradigma. El choque interno de un niño al encontrarse con
otra cultura sobre pasa toda investigación científica sobre educación o
aprendizaje. Por una parte se les obliga a aprender bajo cánones occidentales,
donde el sujeto indígena esta invisibilizado totalmente.
Esta
educación estatal te impone otro lenguaje, otra historia, un desconocimiento de
los apellidos propios, una forma de ver al mundo y es imperante la concepción
del método científico para la explicación de los procesos de la naturaleza,
donde la experiencia del sujeto indígena no es válida. Por ejemplo; se explican
procesos mediantes teorías sobre las dinámicas y trasformaciones del clima,
mientras al indio solo le basta sentarse en el campo o a la orilla de un rio a
escuchar el lenguaje del viento, para poder entender el ciclo de las cosecha,
si lloverá mañana o si viene un temblor de la tierra. Claramente nuestros
procesos de entendimiento no se manifiestan dentro de un libro de ciencias
naturales.
Pero
así vivimos, entre dos ríos dicen los que hablan kechua, lamentablemente en un
“yawar mayu” en un rio donde corre sangre.
Se nos enseñan que lo viejo se debe eliminar cuando nuestro culto es hacia los
ancestros, se respeta a los muertos que se vuelven estrellas y a los ancianos.
Se nos enseñan a ser individualistas y ¿qué pasa con nuestras comunidades a
ayllus o lof? Nos enseñan a ver a la tierra como medio económico donde podemos
explotar recursos naturales a diestra y siniestra. Cuando nosotros vemos a la
tierra como nuestra madre.
¿Bastarían
más ejemplos para poder explicar que la educación actual forma parte de la
principal forma de genocidio cultural? La educación actual, sobre-pasa y va en
contra de todo derecho humano a los pueblos indígenas actuales.
Necesitamos
educación intercultural, en la actualidad es importante escuchar la voz de
aquellos que han callado durante décadas, además porque necesitamos reconocernos
como tales y no podemos seguir permitiendo que en la escuela los niños se
burlen de un niño con apellido indígena.
La necesidad de la educación intercultural para las diversidades culturales traería todo un cambio en el paradigma de la sociedad en su forma de pensar. Creemos, cómo indígena que disminuirían considerablemente los rasgos racistas y xenofóbicos de esta sociedad. Porque la educación intercultural enseñaría lo negativo del racismo hacia nuestras culturas mediante el conocimiento de la cosmovisión y el porqué el mapuche se resiste a perder su tierra ancestral.
Porque se entendería nuestro lenguaje, nuestras creencias, nuestras historias, nuestras enseñanzas y la forma de entender el mundo. Porque la educación intercultural es un derecho humano que exigimos como pueblo, porque con una educación intercultural seguiríamos vivos como pueblo en resistencia, y sin ella seguimos reproduciendo el genocidio de los pueblos originarios y con eso, nuestra vía hacia la extinción.
Epew: Cuentos históricos sobre el pueblo mapuche
A esto habría que agregar que todas las culturas son etnocéntricas y construyen sus otros, por lo tanto, no es una innovación de Occidente.
El factor determinante es, entonces, el prestigio
Fuentes
· Antileo, Enrique.
2011. Diáspora mapuche y multiculturalismo en Santiago. En: Revista Kutral,
n°2. Escuela de Sociología, Universidad de Viña del Mar.
· Claudia Zapata Silva. Edward Said y la otredad
cultural. 14.01.2008. Aprobado: 29.07.2008.
· CNCA (2005). Diversidad Cultural: el valor de la
diferencia, Lom Ediciones, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes,
Santiago.
· José Bengoa, historia del pueblo mapuche (siglo
XIX- XX) ediciones sur colección estudios históricos, agosto 1985, Santiago,
Chile.
· Rolf Foerster G. sociedad mapuche y sociedad
chilena la deuda histórica. Proyecto Fondecyt Nº 1000024.
· Santiago Quenta .representante de Viceministerio de
Descolonización. La Paz – Bolivia. La descolonización: un camino hacia un
estado plurinacional. Seminario Taller “ Estrategias para una educación
superior descolonizadora intra e intercultural”. Cochabamba, 18 y 19 de
noviembre 2010. Mónica Navarro (Editora)
· Sylvia Schmelkes. Multiculturalismo, educación
intercultural y universidades. Universidad iberoamericana. 2008, México.